El proceso básico utilizado para hacerlos es siempre el mismo: la leche se agria con la ayuda de bacterias del ácido láctico y se hace coagular.
Después de quitar el suero de leche, el producto está casi terminado. Mantenga los quesos frescos en el refrigerador, deséchelos después de la fecha de caducidad y consuma dentro de un par de días una vez que los abra.